Crítica realizada por Judith
Si habéis leído "La Concha de Nácar", magnífica historia colgada en el foro de novelas de RNR, no necesitáis que os de razón alguna para leer Pluma Roja. Ya conocéis a Olalla Pons, ya sabéis cómo escribe, sobran las palabras de un tercero que, seguro, no le sabrá hacer justicia.
Pero si no habéis tenido la oportunidad de leerla todavía, entonces sí, permitidme que intente explicaros qué hace especial a esta autora, qué la hace distinta al resto.
No os hablaré de su calidad narrativa, de su prosa o de sus diálogos. Eso es cuestión de estilos, de gustos, y trabajo de la editorial. Pero sí os diré que Olalla Pons escribe historias de amor... no, con mayúsculas, escribe historias de AMOR, que son mucho más que eso, pues en sus historias el amor nunca es suficiente para garantizar un "felices para siempre". La tolerancia, el respeto a lo diferente, la generosidad, la esperanza, y las ganas de aprender y adaptarse sin prejuicios son siempre tan necesarias como los sentimientos más puros para que el amor salga adelante. Y ello porque Olalla no escoge nunca a unos protagonistas sencillos, sino a personajes con un pasado difícil que intentan superarse para ser mejores. Personajes que en cualquier otra novela serían antagonistas, y que en las suyas, en cambio, están condenados a amarse, y por ende a que ese amor rompa cualquier estereotipo.
Si me permitís volver a "La Concha de Nácar", unimos aquí a un indio americano, un guerrero Lakota, y a una joven europea en plena expansión americana hacia el medio Oeste. Y lo que parece un amor imposible se convierte, por arte de una pluma cargada de buenas vibraciones, en un romance al que no le falta de nada. En el que incluso a pesar del drama de ambos protagonistas, pues la suya es una historia dura a todos los niveles, esa misma pluma es capaz de arrancarte una sonrisa, y no solo lágrimas emocionadas. Pluma Roja cuenta con los mismos ingredientes, pues son los padres del protagonista de "La Concha de Nácar". De nuevo un Lakota y una europea, una orgullosa francesa. Pero esta vez hará falta más que en la anterior para que puedan tener un futuro de felicidad juntos, pues como sabemos no siempre se logra un final feliz, por más que ambos protagonistas lo deseen. Desgraciadamente en ocasiones amarse no es suficiente. Y cuando crees que no lo lograrán, de nuevo el ingenio de Olalla se impone para añadir un nuevo factor al amor, la tolerancia, el respeto a lo diferente, la generosidad, la esperanza y las ganas de aprender y adaptarse sin prejuicios: el tiempo.
Eliza, una joven mallorquina en pleno siglo XXI, reparte sus horas de ocio entre la literatura y la hípica. Por una parte está escribiendo una novela desarrollada en las llanuras americanas en el siglo XVIII, una historia en la que sus protagonistas, Pluma Roja y Georgiana, parecen tenerlo todo en contra para poder amarse libremente. Por otra, acude con asiduidad al club de la capital a entrenar, donde tiene sus más y sus menos con Julio, el nuevo domador. Curiosamente, los paralelismos entre la historia que escribe y sus desencuentros con Julio se suceden. ¿Qué está ocurriendo? ¿Acaso el alma Pluma Roja está intentado hacerse oír, siglos después? ¿Acaso nunca se rindió, nunca perdió la esperanza, y sigue buscando al amor de su vida a través de los tiempos?
Si quieres leer una novela llena de romanticismo, pero de muchas cosas más, atrévete con algo diferente y dale una oportunidad a Pluma Roja.
